Tomar medidas

Anthony Arrobo en OTRAnthony Arrobo at OTRTomar medidasTomar medidas. Espacio OTR.  c/ San Eugenio 10, 28012 Madrid
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Ghosts

Texto por Eduardo Albert Santos
Liberar la pintura de su posible soporte, hacerla “autónoma”, otorgarle carácter de medio en sí misma… tal es la estrategia seguida por Anthony Arrobo en sus White fabrics. La extensa y densa y polémica historia de la pintura, su célebre y debatida eficacia para obtener el engañoso trompe l’oiel, su inveterado prestigio como material privilegiado en la historia del arte se ven sometidas a una fenomenológica epoché, una suerte de “desconexión”, de puesta entre paréntesis, justo para despojarla de su apariencia fenoménica, de su seductor “engaño” y mostrarnos su esencialidad.
En la muestra, las pinturas “prístinas”, inmaculadas, que parecen vagar o levitar por el espacio galerístico, subrayan ese efecto visual de indudable eficacia que ya se probó por el autor en varias presentaciones anteriores: una sensación de complejo compromiso entre la aparente estaticidad de dichas pinturas y su andadura libre por el espacio, sin ataduras que las asocien a superficies legitimadas. En inteligente solución, Anthony las llama Ghosts, apelando a su deliberada “vida” onírica o quizás, escatológica. Entre tanto, titula su muestra “Gravity”, como si se propusiese enfatizar esa fuerza que las hace al mismo tiempo atraídas en su fragilidad real y su aparente levedad.
El joven artista, que ya ha probado su capacidad de ingeniar piezas de indudable reconocimiento local e internacional, nos seduce con estas obras que de cierto modo nos hacen recordar esos juegos visuales que articuló Robert Morris con sus maleables fieltros. Entonces, desde una estética minimalista más versátil, dichos materiales y su modo de empleo apelaron a variados escapes simbólicos, que lo apartaron de una cierta ortodoxia limitadora. Anthony asume de igual manera la apuesta de Morris, pero en su caso se trata de algo probablemente de mayor alcance: el creador cuestiona el propio sentido que la tradición concedió al material y, por esa vía, asume una reevaluación crítica de su valor tanto en el plano expresivo como en el de contenido. Esto se constata en el procedimiento seguido al verter la pintura sobre una superficie para luego asumirla como capa sólida que se “desprende” de aquella y cobra vida propia, en su estado “puro”. Algo que se ve enfatizado por la selección pertinente del color. La pintura, en inusual tridimensionalidad, despliega aquí su protagonismo pleno al evadir sus roles ancestrales, en calidad de forma en y de sí misma.

Paisaje de dibujo

Paisaje de dibujo_Anthony ArroboPaisaje de dibujo
Pilas de papel bond A4 y Minas de grafito
2012

 

En FelipaManuela / Artists Residency in Madrid

Nuestro tiempo

Isidoro Valcárcel Medina (Murcia, 1937), comentó hace unos meses en una entrevista aparecida en la prensa que nos encontrábamos “a la espera del pintor de nuestro tiempo”. “¿Es que no puede haber un pintor ahora?”, se preguntaba el Premio Nacional de Artes Plásticas 2007. Una interrogante retórica, evidentemente, pintores hay y ha habido siempre. La cuestión parece estar en un avance sustancial, “un pequeño paso para el hombre un gran salto para la humanidad”, en palabras de Neil Armostrong- que posicione al artista más allá de lo que hoy entendemos por pintura y, más aún, de lo hoy entendemos por “arte contemporáneo”. Mientras esperamos a que esto suceda, nos encontramos con artistas como Anthony Arrobo (Guayaquil, 1988), quien quizá pueda ofrecernos algunas pistas. Nacido medio siglo después que don Isidoro, en plena era digital, Arrobo presenta en Madrid una serie de trabajos realizados durante dos meses de residencia en FelipaManuela.

No es el primer artista que utiliza la pintura para crear piezas que no son cuadros. Quizá tampoco sea el primero que utiliza el grafito para producir algo que no son dibujos. Hay antecedentes bien claros en la reciente historia del arte para lo que realiza este joven artista ecuatoriano –minimalismo, abstracción post-pictórica. Pero también hay algo novedoso en estas obras expuestas hoy; cierta rareza, hibridez de formatos, una apología a algo que cuesta etiquetar. Su trabajo está especialmente centrado en el material, donde muestra destreza y disciplina a partes iguales. Lo suyo es pura experimentación, ensayo, prueba y error, horas de taller. Anthony Arrobo habla de “des-historizar”, de quitar la carga histórica a los materiales tradicionales de las artes plásticas, para encontrar nuevas formas, nuevos usos. Pero también se ocupa de lo que él llama la “presencia” de la obra frente al espectador. El fenómeno que se encuentra el visitante frente a sus ojos. Sin un discurso premeditado, la obra es libre y directa, no necesita intermediarios. Pase y vea, compruébelo usted mismo, podría ser el slogan.

Por ello es interesante detenerse en el proceso de trabajo de este artista: meticuloso y pulcro, completa y absolutamente manual. En el caso de las “pinturas”, Arrobo ha utilizado un cubo para esparcir el acrílico sobre planchas de metacrilato. Después de secar el material durante varios días, éste se vuelve tan manipulable como una tela de algodón. Para la persiana de grafito, ha necesitado casi 1 mes de trabajo; una por una ha pegado las más de 43 mil minas de 0.7 mm de graduación en una cinta doble faz. Alineadas perfectamente de forma horizontal hasta formar este objeto doméstico, que aprovecha la ventana de su estudio en El Ranchito de forma improvisada. Una persiana de minas de grafito, que pudo haber sido una alfombra, una ventana… o un río, un cuchillo, una grieta que abre pequeñas torres de papel que se ofrecen desnudas, sin resistencia.

Anthony Arrobo presenta en este “Estudio # 3”, donde ha trabajado los meses de julio y agosto, tres obras nuevas y la pieza “Liliput” (2012), que se pudo ver en Madrid en febrero pasado, dentro de la muestra “Open Studio 10 – Derecho de Imagen”, organizada por el artista brasileño Marlon de Azambuja en su estudio. Pintura acrílica que cuelga fantasmagórica por esta nave del ex matadero de Madrid, grafitos alineados, papel cortado, objetos que hoy son una cosa y mañana otra. ¿Acaso importa? Versatilidad, economía de medios, empatía caracteriza el trabajo de Arrobo.

FelipaManuela cierra con honores su primer año de residencias artísticas con este joven artista ecuatoriano, cuyo futuro es sin duda prometedor. Al seguirle la pista, pondremos también el foco de atención en aquellos pequeños países de América del Sur, casi invisibles en la escena artística global, que pueden dar grandes sorpresas en los próximos años. Quizá ha llegado su tiempo.

Andrea Pacheco González

Papers

Papers
Minas de grafito sobre cristal
2012

 

El Descenso


El Descenso

Escalera metálica y tela construida íntegramente con pintura acrílica blanca
2012

Open Studio 01 – Derecho de Imagen

Bienal de Cuenca


Red curtain

Telas construidas integramente con pintura acrilica roja
2011
Mención de Honor
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Fotografía: Rodolfo Kronfle Chambers

The Use of Everything

Liliput


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